A veces reírse, estornudar o toser duele.

En 1891 se descubrió la enfermedad de Arnold Chiari, y a día de hoy aún no se ha encontrado un tratamiento alternativo a la operación.

Se trata de dolores muy fuertes de cabeza al reír, toser o estornudar, pero presenta también síntomas como fatiga crónica, temblores y espasmos, pérdida de visión, presión en el cuello y en la nuca…. Precisamente la gran cantidad de síntomas convierte a esta enfermedad en un problema a la hora de detectarla. El otro gran e ineludible problema es lo poco conocida que resulta incluso para los profesionales de la salud.

La causa de esta enfermedad es una malformación de la unión cráneo-cervical, y que consiste en el el descenso de las amígdalas cerebelosas hacia el canal espinal, de manera que se oprime la médula y provoca a veces quistes que afectan al sistema nervioso central. La operación en estos casos es muy delicada, y no arregla del todo la dolencia.

En referencia a los estudios sobre la enfermedad, cabe destacar que el Hospital vall d´Hebron de Barcelona ha iniciado un estudio para determinar si dicha enfermedad tiene un origen genético.

imagenImagen: healthofchildren.com

Fuentes: la voz de galicia (prensa), neurocirugía.com

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